El juego y las apuestas en España y Galicia: entre la recaudación y el coste social
El juego y las apuestas han acompañado a todas las civilizaciones, y el cine, la literatura y el arte, en general, las han reflejado con frecuencia por su magnetismo y sus riesgos. Obras como El jugador de Dostoyevski muestran cómo el azar puede apoderarse de la vida de una persona, atrapándola en un círculo donde la esperanza y la destrucción se entrelazan. Actualmente, esa dinámica se ha convertido en un fenómeno social y económico de gran magnitud en España y Galicia, con un impacto creciente entre los jóvenes y también en un elemento recaudatorio que condiciona la acción de los gobiernos.
Los jóvenes constituyen, hoy por hoy, el grupo más expuesto a los efectos perversos del juego de apuestas, sobre todo en su versión online. Su búsqueda de una gratificación inmediata y su falta de estrategias de afrontamiento ante las consecuencias negativas los convierten en una conquista fácil. Su persuasión se sostiene en un triple gancho: la posibilidad de apostar en cualquier evento, deportivo o no; la promesa de un dinero rápido; y el reconocimiento social derivado de las victorias, que refuerza la sensación de certeza en sus decisiones. Además, en el ámbito online, su anonimato multiplica los riesgos, a la vez que le dificulta su salida personal y psicológica, abocando a muchos de ellos a la ludopatía. Una enfermedad, que en España afecta a más de medio millón de personas, y que se explica por las alteraciones provocadas en los circuitos cerebrales de recompensa y control: cada apuesta activa en el cerebro del jugador una liberación de dopamina, que genera un placer inmediato, a la vez que debilita su autocontrol. El resultado de esto es un comportamiento compulsivo comparable al provocado por otras adicciones.
El juego en España es también una poderosa industria. En 2024, se jugaron online en 1.454,59 millones de euros, un 17,61% más que en año anterior y lo hicieron 1.992.889 personas, con un crecimiento de un 21,71% sobre 2023. El sector privado —casinos, apuestas, bingos, máquinas— aportó más impuestos que el público —Loterías y ONCE—, generando más de 1.700 millones en tributos. En Galicia, aunque las cifras son mucho menores, la recaudación crecerá de los 48,9 millones de 2022 a los 53,22 millones previstos para 2025. Un aumento que evidencia tanto la expansión de los locales de juego como el auge de las apuestas online.
El Plan Nacional sobre Drogas 2025 muestra que el juego presencial ha disminuido un 17% respecto a 2020, situándose en el 52,9% de la población de 15 a 64 años, mientras que el juego online se mantiene estable en torno al 5,5%. La prevalencia del juego problemático ha descendido al 1,4%, aunque sigue siendo más alta en hombres (2,2%) que en mujeres (0,7%). En cuanto a los jóvenes de 15 a 24 años, el uso problemático del de Internet afecta al 11,7%, reforzando la conexión entre adicciones digitales y juego online. El Informe del Jugador Online 2024 confirma que el mercado está dominado por jóvenes adultos y por las apuestas deportivas, con patrones de actividad cortos pero intensos.
El auge del juego online y la permisividad de la publicidad han transformado el perfil del jugador, que ya no es el de un varón de 50 años frente a una tragaperras, sino de jóvenes universitarios de entre 20 y 30 años. Las empresas aprovechan esta vulnerabilidad y la falta de control en bares próximos a centros educativos. La nueva Ley del Juego de Galicia establece una distancia mínima de 300 metros entre los locales de juego y los colegios, pero expertos como Antonio Rial Boubeta advierten de que la medida es insuficiente: los jóvenes siguen apostando en bares cercanos, donde el control es mínimo.
Entre las normativas aprobadas por el Ministerio de Consumo para reforzar la protección de las personas consumidoras, destaca el Real Decreto que limita la exposición de menores y otros colectivos vulnerables a la publicidad de apuestas y juegos de azar. Desde el 31 de agosto de 2021, la publicidad online del juego, así como la emitida en radio y televisión, quedó regulada y restringida a la franja horaria de 1:00 a 5:00 de la madrugada. Además, se prohibió el patrocinio en equipaciones, estadios y equipos deportivos, junto con otras medidas complementarias.
Paralelamente, se aprobó la reorientación de la tasa del juego hacia actividades de prevención de la ludopatía y se impulsó la coordinación de los registros de autoprohibidos. También se exigió a los operadores la creación de entornos de juego más seguros, con especial atención a la protección de las personas jugadoras más vulnerables.
Asimismo, se han desarrollado investigaciones criminales para detectar posibles manipulaciones de competiciones deportivas y de fraudes en las apuestas, reforzando así la lucha contra el fraude en este sector. Finalmente, se han puesto en marcha campañas de concienciación dirigidas a la juventud, con el objetivo de alertar sobre los riesgos asociados a los juegos de azar.
El juego y las apuestas generan ingresos fiscales significativos para el Estado y las comunidades autónomas. Sin embargo, el coste social es elevado: más de 500.000 personas sufren ludopatía en España, con un perfil cada vez más joven. La expansión del juego online y su publicidad agresiva exigen leyes más adaptadas a la realidad social y mecanismos de prevención más eficaces. El gran reto es equilibrar la recaudación económica con la protección de los sectores más vulnerables, evitando que lo que se presenta como entretenimiento se convierta en una trampa de adicción y destrucción personal.

José Manuel Suárez Sandomingo
Presidente de la Asociación Profesional de Pedagogos y Psicopedagogos de Galicia


