Adolescentes acogidos por sus abuelos: relaciones familiares y problemas de conducta
Los padres deben ejercer varias funciones para garantizar el sano desarrollo de sus hijos, para asegurarles la supervivencia, la socialización, la formación de vínculos afectivos, la adquisición de normas, valores, actitudes prosociales, etc. (Rice, 2000; Palacios y Moreno, 1996). Sin embargo, existen numerosas situaciones que dificultan de forma parcial o total el ejercicio de esas funciones, como por ejemplo, el fallecimiento de los padres, las dificultades económicas familiares, el retraso mental o la presencia de enfermedades psiquiátricas en los progenitores, la drogadicción o alcoholismo, el encarcelamiento de los padres, etc. (Goodman y Silverstein, 2001; Fuller-Thomson, Minkler y Driver, 1997).
Estos problemas familiares pueden ser de tal gravedad o de tan complicada intervención que el Sistema Público de Protección de la Infancia no tenga otra opción que la de separar a los niños de los padres, dándoles alojamiento en un centro y/o buscándoles una familia de acogida (ya sea con abuelos/as, tíos/as u otros parientes, o con una familia alternativa) o adoptiva.