El uso moderado de videojuegos no afecta a las notas
Jugar a los videojuegos no significa suspender si se hace solo los fines de semana. Más o menos está es la conclusión del estudio realizado por investigadores de la Universidad CEU Cardenal Herrera (CEU UCH) en Castellón y de la Universitat de València (UV) tras analizar los datos de 1.500 adolescentes que cursan ESO en diez centros de la comunidad. El trabajo se titula El tiempo de uso de los videojuegos en el rendimiento académico de los adolescentes, ha sido realizado por Fernando Gómez-Gonzalvo, José Devís-Devís y Pere Molina-Alventosa y publicado en Comunicar.
El análisis revela que cada joven dedica una media de 47 minutos al día a jugar a videojuegos, aunque esta cifra es menor entre semana que durante el fin de semana. Aunque puede parecer mucho casi una hora diaria ante la consola, el trabajo cita estudios de Estados Unidos con 73 minutos diarios de media y hasta uno australiano que detectó una media diaria de 280 minutos jugando. Sí hay una relación entre horas de juego y notas, pero con el análisis ofrece un matiz: «Los jugadores frecuentes, moderados y muchos de los ocasionales obtienen buenos resultados académicos, lo contrario de lo que ocurre con los jugadores intensivos, de lo que se deduce que el uso moderado de videojuegos no parece afectar al rendimiento académico de los adolescentes». Por ejemplo, los alumnos con cuatro asignaturas suspensas o más juegan 40 minutos todos los días de la semana y 100 cada día del fin de semana; los de notable y sobresaliente, 24 y 73 minutos según el tipo de día.
Curiosamente, en la investigación se observó que «el tiempo de uso de videojuegos de los adolescentes con peor rendimiento académico es similar o mayor entre semana que los fines de semana mientras que para los adolescentes con mejor rendimiento académico es justamente al contrario, los fines de semana juegan más tiempo que durante los días entre semana».
Según indica el estudio, un 3,2% de adolescentes no juegan a videojuegos, un 74,2% lo hace ocasionalmente, un 17,7% juega de forma moderada, un 3,6% juega de forma frecuente y otro 1,4% juega de forma intensiva.