España baja al 16% de abandono escolar temprano, pero no consigue llegar a la tasa marcada por la UE
El Ministerio de Educación y FP ha hecho público hoy el dato del abandono escolar temprano, es decir, el porcentaje de jóvenes de entre 18 y 24 años que solo terminaron la ESO, que es la secundaria obligatoria. España terminó el año 2020 con una tasa del 16%, y se queda a 1 punto de la previsión de la UE para nuestro país, que esperaba que llegase al 15%.
La cifra, por tanto, no es buena, aunque la progresión española sí lo es: entre los años 2002 y 2009, la tasa de abandono temprano superaba cada ejercicio el 30%, y ahora quedarse en el 16% supone una bajada importante. De hecho, hace un año exacto la cifra que se barajaba para España era del 17,3%, por lo que en 12 meses el país bajó 1,3 puntos, lo que viene a ser más de un 7% de caída.
En números absolutos, esto supone que 530.000 personas (343.000 hombres y 186.500 mujeres) no siguieron estudiando tras terminar la ESO (o, si lo hicieron, no terminaron la siguiente etapa, que es FP de grado medio o bachillerato).
En España la diferencia de tasas entre el norte y el sur-sureste es muy importante. Así, Asturias, Cantabria y el País Vasco están por debajo del 10%, otras comunidades norteñas cumplen los requisitos de la UE (Aragón, Navarra, La Rioja o Madrid, además de Galicia) y en cambio en Baleares y Andalucía todavía se supera el 21% de abandono. De hecho, en Andalucía aumentó ligeramente la tasa (casi un 1%).
Galicia, con un 12% de abandono, es la sexta por la cola, aunque bajó un puesto con respecto al 2019. El 10% era la tasa marcada por la UE (excepto para países como España o Grecia) para el 2020.
Las causas del abandono escolar temprano son muy variadas, pero habitualmente están relacionadas con la posibilidad de que los jóvenes puedan trabajar en sectores poco cualificados, como el turismo y la construcción, de ahí que en los años del bum, antes de la crisis, muchos dejasen sus estudios para emplearse. El problema es que el mercado laboral europeo necesita profesionales cualificados, sobre todo de rango medio -FP de grado medio o superior-, y cada vez será más difícil absorber a jóvenes sin ninguna especialización.