Los alumnos españoles no saben detectar mensajes engañosos
l 54% de los estudiantes de 15 años de la OCDE reciben en clase entrenamiento práctico para reconocer información tendenciosa, las conocidas como fake news. Hay países donde el 70% de los adolescentes han trabajado este contenido en el aula (Australia, Canadá, Dinamarca, Estados Unidos…) pero en otros son menos del 45% los que lo han hecho (Israel, Letonia, República Checa, Eslovenia o Suiza). ¿Y España? Justo en el límite, con un escueto 46% de alumnos formados, lo que sitúa al país en el grupo de los menos formados. Los datos se obtuvieron a partir del informe PISA 2018.
QUÉ SE PREGUNTÓ A LOS ALUMNOS
- Cómo usan las palabras clave en los buscadores
- Cómo deciden si confían en una información
- Cómo comparan diferentes páginas web y deciden qué información es más relevante para su trabajo escolar
- Si comprenden las consecuencias de poner información a disposición del público
- Cómo usan los pequeños textos que aparecen bajo cada búsqueda
- Cómo detectan si una información es subjetiva o sesgada
- Cómo descubren fraudes en los correos electrónicos e incluso correos basura
La formación más común que reciben los jóvenes es entender las consecuencias de compartir o crear información en las redes, y lo menos común es enseñarles a detectar correos electrónicos fraudulentos.
En todos los países, los alumnos de familias socioeconómicamente más fuertes reciben más información sobre los mensajes engañosos. La media es de 8 puntos porcentuales en este aspecto, pero hay países donde la brecha social y en este caso formativa es mucho mayor: Bélgica, Dinamarca, Alemania, Luxemburgo, Suecia, el Reino Unido o Estados Unidos pasan de 14 puntos de diferencia entre estudiantes acomodados y socioeconómicamente vulnerables.
Los alumnos de países más preocupados por esta formación también obtuvieron mejores resultados a la hora de diferenciar opinión de hechos en la prueba de lectura. Y ahí sí que no importó el PIB del país. La media de la OCDE fue del 47%, y en este punto España obtuvo un porcentaje bajísimo, solo del 41%. Sí es cierto que la prueba de Lectura del informe 2018 resultó tan anómala que los datos se dieron seis meses más tarde de los generales. La nota de los españoles en la prueba de Lectura fue de 477, frente a los 487 de la OCDE.
Otro punto en el que los alumnos de 15 años españoles salían muy mal parados en 2018 es el de su destreza para seguir las instrucciones del test de lectura fijándose en las páginas importantes para las tareas encomendadas y evitando las irrelevantes. Únicamente un 24% supieron realizar lo que se llama un buen análisis de texto frente a más de la mitad de los estudiantes en China, Hong Kong, Corea del Sur, Singapur y Taiwán y al menos un 40 % en Canadá, Japón, Macao, Nueva Zelanda, Reino Unido y Estados Unidos.
Más ordenadores y conexión
España ha mejorado mucho en la dotación de recursos a los jóvenes, y eso antes de la pandemia del 2020. En el 2003, el informe PISA decía que solo el 28% de los alumnos españoles tenía equipamiento digital para hacer los deberes e Internet en casa. En el 2018 eran el 91% de los estudiantes, claro que es en la franja de 15 años, no menos. Además, las diferencias en términos de acceso a recursos digitales entre los estudiantes que iban a centros educativos desfavorecidos y los otros son menos marcadas en España que la media del conocido como el «club de los países desarrollados».
Los responsables del estudio destacan que, en 2018, los adolescentes que participaron en las pruebas en los países implicados pasaban 35 horas a la semana conectados a sus dispositivos digitales, cuando los de 2012 estaban 21 horas.
El próximo PISA se hará durante 2022 (se ha retrasado un año a causa de la covid) y sus primeros resultados se publicarán a finales de 2023.