El desarrollo socioemocional repercute en el aprendizaje
Ayudar a gestionar las emociones y conocerse es, para muchos expertos, la gran asignatura pendiente de la escuela. Y es que en el colegio se aprenden muchas cosas, e incluso para miles de alumnos es la primera vez que escuchan la palabra “no” o tienen que acatar cierta disciplina. ¿Tiene eso algo que ver con la mejora de los resultados?
El catedrático emérito de Psicología de la Universidad Complutense de Madrid (UCM), exsecretario de Estado para la Educación y exsecretario general de la OEI, Álvaro Marchesi, un hombre que lo ha sido “todo” en educación, recomendaba recientemente en una charla sobre los currículos de la Lomloe que es el desarrollo socioemocional de los alumnos una parte sustancial del proyecto colectivo del centro educativo, y por eso proponía actividades grupales para que el alumno se sienta bien con él mismo y con los otros. «Los alumnos que se sienten bien aprenden mejor», aseguraba Marchesi. Tanto es así, que Marchesi, es el director del proyecto Nuevo currículo, nuevos desafíos educativos, de la Fundación SM, destacaba la importancia de trabajar la educación emocional en la tutoría para que haya tiempo en el aula para conversar con los estudiantes de cómo se encuentran, cómo emplean sus emociones y cómo es la convivencia en el aula.
Esta reflexión no es ajena al profesorado. Cuando se volvió a las aulas, la propia Fundación SM hizo una encuesta a unos 19.000 docentes de toda España y estos seleccionaron cuatro dimensiones prioritarias del curso 20/21: cuidar el bienestar emocional del alumno, potenciar el uso de las tecnologías, dar más énfasis a aprender a aprender y enseñar a esforzarse y a ser responsable.
Otra encuesta, esta vez el primer Barómetro del Docente de EY Insights señalaba que el 94% de los maestros apoyaban que se potenciase el pensamiento crítico, la educación emocional, las habilidades comunicativas y trabajo en equipo, la educación en valores o la creatividad. Según otro trabajo de campo de Cambridge International con 500 profesores en España, recogía que tres de cada cuatro docentes creían que su trabajo debería prestar especial atención al bienestar emocional de los alumnos, ya que esta área ha quedado muy afectada por la pandemia.
La pandemia ha puesto sobre la mesa las carencias socioemocionales de los jóvenes y, a la vez, ha potenciado los estudios sobre cómo superarlas. Por ejemplo el Journal of Developmental & Behavioral Pediatrics hace un mes un estudio de Canadá que demostraba que practicar deporte en la educación infantil tiene un efecto positivo en la estabilidad psicológica futura, protegiendo al preadolescente de episodios de depresión y ansiedad. Los niños que hacen actividades al aire libre con otros menores desarrollan mayor capacidad de trabajo en equipo, más autocontrol, demuestran más tolerancia a la frustración, toman más la iniciativa y son menos temerosos.